A las seis...



Porque transcurren las seis...

y ya se acabaron las venganzas
y el mundo rima
y los amaneceres se regodean
en algunas de las esquinas donde se han perdido las horas
no es casualidad este pregonar-te como periódico
es hurgarte en los rincones
en los pensamientos de los transeúntes
en todo aquello que huele
y se mueve
y se desprende de las seis
para convidar oscuridad

por alguna razón te nombro como un rezo
un desprendimiento
algo inefable que desciende...

No insistir...

"I told ya I'm a troubled, you know that I'm not good"... (Amy Winehose)


Sin acercarte mucho
esto de interesarte es un disparate
ni de coña me coge la vaina esa
que llevo un par de pasos
en ventaja
sigo de noche y no amanezco
me rompo cuando llueve
soy un asco los domingos
no es buena idea...

vivo escueta y escribiendo
creo que me entiendes si te miro
te digo que un desastre
y el suicidio
y llorar por un poema

y ni qué decirte del maldito silencio...

El Habitante...




Te goteas
desprendido como una luz de farol
un ave fugaz de ojos negros
te me arrumbas en los días de lluvia
y gateas sobre el horizonte del mundo
con tu silencio de cosa guardada
a veces gimiendo como un gato en celo
yo te escucho desde el ático de los recuerdos
habitada de pies a cabeza por el escalofrío
de lo que quieres ser
...pero solo te arrastras como momia
con huellas indelebles que no llegan a ninguna parte
siempre a las seis
siempre como un cristo revivido...

(Un habitante en esta isla con ojos y senos)

...y qué fue de todo vestigio de cordura


...y qué fue de todo vestigio de cordura
yo me alimenté de cada burla
el viento osciló en cada puerta
averiguando-me
en aquella esquina estaba el tiempo
viendo mis años arrojarme las flores
luego, lluvias secas en mi desorden mortal
a quién le habré dicho de mi muerte...

ahora camino por el espacio del que se fue
no encuentro forma alguna de volver
éramos mamíferos de soledad y olvido
acorralados como algo insufrible
y azuzamos las hojas mientras la risa
se arrojaba loca sobre las piedras

ya nada tiene sentido, aquella influencia maligna de las palabras
estado ausente del verbo mientras... el silbido de los pulmones jóvenes
galopa a los nuevos roces, sedientos
como lobos

desde que aprendí a mecerme como los murciélagos
abandoné toda lucha y resigné mi pulso a mi noche
larga como las banderas altas
que mienten con el viento jugando a libertad...